Carta Abierta….de Pedro Luis López Pérez
LA VIEJA
MALHUMORADA
Cuando una viejecita murió en la sección para el tratamiento de enfermedades de
la vejez en una pequeña clínica cerca de Dundee, en Escocia, todos estaban
convencidos de que ella no había dejado nada de valor.
Después cuando las enfermeras revisaban sus míseras pertenencias, encontraron
una poesía. Su calidad y contenido impresionaron tanto al personal, que todas
las enfermeras querían una copia de la misma.
Una de ellas se llevó la copia a Irlanda. La única herencia que esta viejecita
legó a sus sucesores se hizo pública en la emisión de Navidad de las noticias
de la Unión para la Salud Mental de Irlanda del Norte.
Así esta menuda viejecita de Escocia, sin posesiones materiales que legarle a
este mundo, es la autora de este poema " anónimo ", sencillo, pero
muy elocuente que, como una carta abierta, os envió en homenaje a nuestros
mayores; especialmente a los que sufren el paciente e insaciable Alzheimer y
quiere ser, también, una autocrítica hacia nosotros mismos; porque consideramos
que nuestro presente es eterno y conscientemente, a veces, pensamos que el
futuro no nos concierne, al menos en el tema de la vejez…¡ Que ilusos !
Fuimos niños, jóvenes y…¡ Ojala ! Lleguemos a ser mayores.
La vejez es una etapa más de la carrera de fondo que es la vida. Es el premio a
RESISTIR y no ABANDONAR; pero nunca un CASTIGO por haber llegado a ella.
El titulo del poema es: LA VIEJA MALHUMORADA y comienza de este modo:
¿Qué
ven hermanas?
¿Qué ven?
¿Qué piensan
cuando me miran ?
Una vieja malhumorada,
no demasiado inteligente,
de costumbres inciertas,
con sus ojos soñadores
fijos en la lejanía.
la vieja que escupe la comida
y no contesta
cuando tratan de convencerla.
" Dele ", haga un pequeño esfuerzo.
La viejita, quien ustedes
creen que no se da cuenta de
las cosas que ustedes hacen y
que constantemente pierde
el guante o el zapato.
la viejita, quien contra su voluntad
pero mansamente les permite
que hagan lo que quieran,
que bañen y alimenten,
sólo para que así pase el largo día.
¿Esto es lo que piensan?
¿Esto es lo que ven ?
si es así, abran los ojos,
hermanas,
por que esto que ustedes
ven… ¡No soy yo!
Les voy a contar quién soy,
cuando aquí estoy sentada tan tranquila
tal como me ordenan,
cuando compro por orden de ustedes.
Soy una niña de diez años
que tiene padre y madre,
hermanos y hermanas,
que se aman.
Soy una jovencita de dieciséis años,
con alas en los pies,
que sueña que pronto
encontrará a su amado.
Soy una novia a los veinte,
mi corazón da brincos,
cuando hago la promesa
que me ata hasta el fin de mi vida.
Ahora tengo veinticinco,
tengo mis hijos
quienes necesitan que los guíe,
tengo un hogar seguro y feliz.
Soy mujer a los treinta,
los hijos crecen rápido,
estamos unidos con lazos
que deberían durar para siempre.
Cuando cumplo cuarenta
mis hijos ya crecieron
y no están en casa,
pero a mi lado está mi esposo
que se ocupa de que yo no esté triste.
A los cincuenta, otra vez,
sobre mis rodillas
suben los bebés,
de nuevo conozco a los niños,
a mis seres amados y… a MÍ
Sobre mí se ciernen nubes oscuras,
mi esposo ha muerto,
cuando veo el futuro
me erizo toda de terror.
Mis hijos se alejan,
tienen sus propios hijos,
pienso en todos los años que pasaron
y en el amor que conocí.
Ahora soy una vieja.
¡Qué cruel es la naturaleza!
La vejez es una burla
que convierte al ser humano
en un alienado.
El cuerpo se marchita.
El atractivo y la fuerza desaparecen.
Allí, donde una vez tuve el corazón
ahora hay una piedra.
Sin embargo, dentro de estas viejas ruinas
todavía vive la jovencita.
Mi fatigado corazón, de vez en cuando,
todavía sabe rebosar sentimientos.
Recuerdo los días felices y los tristes.
En mi pensamiento vuelvo a amar
y vuelvo a vivir mi pasado.
Pienso en todos estos años
que fueron demasiados pocos
y pasaron demasiado rápido,
y acepto el hecho inevitable
que nada puede durar para siempre.
Por eso, gente, abran sus ojos.
¡Abran sus ojos y vean!
Ante ustedes no está
una VIEJA MALHUMORADA.
Ante ustedes… ¡Estoy YO!
Recordemos este poema la próxima vez que nos encontremos con una persona mayor
y a quien tal vez esquivemos, sin mirar primero su alma joven.
Todos vamos a estar algún día en su lugar.
POEMA ANÓNIMO QUE CIRCULA POR INTERNET.